¿QUE EDAD DEBE TENER MI CABALLO PARA PODER MONTARLO Y COMENZAR SU DOMA?
A la hora de dar respuesta a este interrogante el principal factor que debemos tener en cuenta es el desarrollo del sistema oseo. La OSIFICACIÓN es el proceso por el cual el hueso se va formando hasta alcanzar su completo desarrollo, factor de extrema importancia en el crecimiento de nuestros caballos que tiene que ser considerado seriamente a la hora de implementar los ejercicios de la doma y el entrenamiento, así como la intensidad de los mismos.
Habitualmente no respetamos los lapsos de maduración física de nuestros equinos, ya sea por los tiempos de la industria, por las exigencias de ciertas competencias o por simple ansiedad.
Lo cierto es que la osificación de los huesos del potro no completa su proceso de maduración hasta que alcanzar una edad de cinco a seis años y en caso de exponer al caballo a mucha exigencia, ya sea por carga de peso o exceso de trabajo, su cuerpo no se desarrollaría de forma correcta y completa, acarreando consecuencias de problemas de salud y comportamiento por el resto de la vida del animal.
Una suposición bastante conocida es creer que el caballo ya puede montarse alrededor de los dos años de edad cuando las articulaciones de las rodillas se cerraron, ya que es un parámetro fácil de ver a simple vista sin la intervención de un veterinario. Incurre sin embargo en no tener en cuenta que al desarrollarse el proceso de OSIFICACIÓN de abajo hacia arriba, todavía quedan muchos huesos importantes por madurar.
Después de saber esto, la pregunta lógica de los alumnos de nuestras capacitaciones es:
¿Cuándo entonces podemos empezar a trabajar nuestros potrillos?
Nuestra respuesta, no solo elaborada por quien esto escribe, sino basada en el aporte de la experiencia de veterinarios, zootecnistas, y demás profesionales de nuestro Grupo “CABALLOS ARGENTINOS”, es que el caballo debe empezar a "trabajarse" lo antes posible, cumpliendo esta regla de no cargarlo con peso ni exigirlo, y respetando los tiempos de privacidad que necesita el recién nacido con su madre. Con el pequeño caballo podemos empezar a los pocos días a manosearlo para que nos pierda el miedo, desensibilizarlo a la cuerda y demás objetos, enseñarle a cabestrear de manera muy suave; todo esto a poca distancia de su madre para que se sienta tranquilo. A medida que pasen los días podemos sumar una serie de ejercicios sencillos pie a tierra, como mover anteriores y posteriores, retroceder y girar a la cuerda.
Entonces: ¿No podemos montar a nuestro caballo hasta los 6 años?
A nuestro entender, una vez que nuestro potro haya superado los dos años y medio, sí podremos montarlo y hacerlo caminar con nuestro peso encima por breves períodos de tiempo, sin llegar a sobrecargarlo ni exigirlo. A medida que vayan pasando los años podemos ir agregando progresivamente más actividades, para pedirle a nuestro equino que entregue su máximo potencial después de los cinco años.
Muy comúnmente se comete el error de hacernos la idea de que un caballo que pasa los doce años ya entra a ser viejo y se sobre exige a caballos de apenas tres años, como es el caso del turf, descartando a estos equinos a los 5 años, con su esqueleto echado a perder.
Tomemos como buen ejemplo la alta competencia de otras disciplinas un poco más evolucionadas, doma clásica, adiestramiento, alta escuela y el caso del polo en nuestra Argentina, donde los caballos recién compiten pasados los cinco o seis años.
Si cuidamos a nuestro equino de acuerdo a lo que la ciencia nos muestra, vamos a tener un caballo bien entrenado, sano y con una gran vida útil, teniendo un mejor desempeño y estando menos propenso a lesiones.
Profesor LUIS ROBERTONE
Grupo CABALLOS ARGENTINOS